Cuestión de seguridad

Motorwagen de Benz. Foto Miguel

Nadie puede negar las ventajas que ha traído asociadas el desarrollo de los sistemas de transporte ahora bien, desde que el primer vehículo diseñado para transportarnos se puso en moviemiento las estadísticas de tortazos no han dejado de crecer. Progreso lo llaman. Un buen ejemplo de todo esto lo representa la industria de la automoción. Tal vez darse un tortazo en el “Motorwagen” de Karl Friedrich Benz no era demasiado peligroso dada su velocidad máxima de 16 km/h ahora bien, a medida que los ingenieros se fueron estrujando los sesos a la hora de desarrollar vehículos más rápidos la cosa se empezó a complicar y los peligros, tanto para peatones como para conductores, se fueron haciendo evidentes.

Saab 96 V4. Foto Liftarn

Dada la creciente estadística de siniestralidad en 1958 la compañía sueca Saab se convertía en la primera marca de automóviles en dotar a sus coches con cinturones de seguridad de dos puntos de anclaje sin coste extra alguno para el comprador. Un año después su competidora local, Volvo, hacía lo mismo y se adelantaba a la marca de Trollhätan dotando sus vehículos con cinturones de tres puntos de anclaje diseñados por un ingeniero del departamento de “safety” de la firma llamado Nils Bohlin al cual se le considera el padre del cinturón de seguridad tal y como lo conocemos hoy. 

El invento de Bohlin. Foto National Museum of American History

La efectividad del sistema de Bohlin no dejaba lugar a la duda: 28.000 accidentes analizados en Suecia tras la inclusión del cinturón de tres puntos de anclaje determinaron que mientras los conductores sin cinturón sufrían daños de diversa índole (incluyendo la muerte) en todo el rango de velocidades, los que usaban el cinturón de Bohlin nunca sufrían daños en impactos producidos a menos de 70 kilómetros por hora. 

Detalle. Foto National Museum of American History

Razón más que suficiente por la que Volvo y Bohlin decidieran liberar la patente de este sistema en pos de la seguridad automovilística, un gesto que sin duda debemos de agradecerles todos los que montamos en coche.

Aunque el cinturón de tres puntos de anclaje de Bohlin fue posiblemente el más determinante aportación en materia de seguridad pasiva automovilística que jamás se ha desarrollado la lista de aportaciones de la marca sueca en este campo fue bastante extensa. A la lista del cinturón habría que añadir el parabrisas laminado, el habitáculo deformable, el sistema de protección contra impactos laterales, los reposacabezas, los frenos con doble circuito o el habitáculo deformable entre otros. 

¿Cuando fue la primera vez que escucho a un vendedor de coches hablarle de seguridad? cartel vía Keijo Knutas

Una lista de desarrollos que no fueron fruto de la casualidad ya que precisamente la seguridad formaba parte de las señas de identidad de Volvo (que en Latín significa “Yo ruedo”) desde que fue fundada tal y como sus directores expresaron en 1927 afirmando: 

“Los coches son conducidos por personas así que el principio básico detrás de todo lo que hacemos en Volvo es y debe ser siempre la seguridad”.