viernes, 6 de julio de 2012

El porqué de "La Partícula Divina"

La Partícula Divina.  Foto Miguel de Rusadas.com      
Hoy me voy  salir completamente de la temática del blog y voy a hablar de algo que esta de rabiosa actualidad, me refiero al posible descubrimiento del esquivo Bosón de Higgs, también llamada La Partícula Divina, del que tanto se está hablando estos días en los medios de comunicación de masas. La verdad es que no deja de sorprenderme que se hable tanto del tema en medios convencionales, este eco mediático lo valoro de forma positiva  por el trasfondo cultural que tiene y porque ya era hora que dejaran de hablar de la crisis, del interés del bono a 10 años y de los cotilleos del corazón así que bienvenido sea el cambio de temática.



El Bosón mirando a cámara. Foto CERN
Del "famoso" Bosón de Higgs y de su relación con la generación de la masa  no voy a hablar absolutamente nada hoy ya que no me las quiero dar de lo que no soy, si queréis profundizar en el tema siempre podéis tirar del hilo de ESTA entrada del blog de Microsiervos donde lo explican mejor de lo que lo pueda hacer yo. Aunque la verdad es que algo podría hablar del tema ya que a decir verdad tengo un diploma bastante voluminoso (y caro) en el que se afirma que soy Físico (por milagro y obra del Espíritu Santo), no obstante tras terminar mis estudios (momentazo íntimo donde los haya) di con mis huesos en el mundo del Software en el que continuo bastante contento hasta hoy en día. Pero a decir verdad hubo un tiempo en el que la Física me interesó mucho. No se si por interés propio o por interés de mi madre porque me interesase lo que estaba estudiando empezaron a pasar por mis manos libros de divulgación científica que llegaban a casa solo Dios sabe como. Y así llegaron las navidades de 1.996 en las que los Reyes Magos de Oriente me trajeron el libro que abre la entrada de hoy: La Partícula Divina de Leon Lederman.


Leon Lederman, un tipo simpático. Foto FNAL
He de reconocer que ataqué el libro con cierto escepticismo pero la verdad es que me enganche rápido y el libro ha terminado siendo uno de los libros más amenos e interesantes que hayan pasado por mis manos. Leon Lederman, director emérito del Fermilab y Premio Nobel de Física por sus investigaciones relacionadas con los neutrinos, es aparte de un máquina de la Física un cachondo mental que es capaz de abordar el tema del Bosón de Higgs de tal manera que acabes riendote, algo a priori difícil de creer. El libro me pareció muy bueno, ameno y sin duda lo recomiendo a todos los que tengáis algo de interés en el tema. Quien me lo iba a decir, 16 años después hablaría de este libro en un blog de Internet y la partícula habría sido por entonces "supuestamente" descubierta.


Peter Higgs flipando con su subita fama. Foto vía Agence France-Presse
Y ahora al tema. Hoy quería hablar de porqué La Partícula Divina se llama La Partícula Divina. He escuchado muchas explicaciones pero la verdad es que ninguna me ha parecido la correcta y bueno, ya que tengo un blog pues he pensado que sería interesante aclarar el porque de este nombre. Primer aclarar que no fue su "descubridor" Peter Higgs el que le puso ese nombre, es más, Higgs es ateo... el que se lo puso fue Leon Lederman con su libro. Tanto en la Wikipedia como en algún que otro blog se dice que Leon Lederman bautizó al Bosón de Higgs como "La Partícula Divina" ("The God Particle") debido según sus propias palabras: 
A que el editor no nos dejaría llamarla la "Partícula Maldita Sea" ("The goddam particle"), aunque quizá fuese un título más apropiado,dada su villana naturaleza y el daño que está causando.

No obstante tal y como el propio Leon Lederman comenta en la página 32 de mi edición en la sección titulada La torre y el acelerador este apodo tiene otra razón. Y ahora reproduzco lo escrito en mi libro:
Y la segunda razón del nombre se debe a  que hay cierta conexión, traída por los pelos, con otro libro, un libro mucho más viejo…

Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas palabras. En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros:«vamos a hacer ladrillos y a cocerlos en el fuego». Y se sirvieron de los ladrillos como de piedra, y el betún les sirvió de cemento; y dijeron: «vamos a edificarnos una ciudad y unatorre, cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra». Bajó Yavé aver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres, y se dijo: «He aquí un pueblo uno, pues tienen todosuna lengua sola. Se han propuesto esto, y nada les impedirá llevarlo a cabo. Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros». Y los dispersó de allí Yavé por toda la faz de la tierra, y así cesaron de edificar la ciudad. Por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de la tierra toda, y de allí los dispersó por el haz de todala tierra. GÉNESIS, 11: 1-9
Una vez, hace miles de años, mucho antes de que se escribieran esas palabras, la naturaleza sólo hablaba una lengua. En todas partes la materia era la misma, bella en su elegante e incandescente simetría. Pero a lo largo de los eones se ha transformado, dispersa en muchas formas por el universo, para confusión de quienes vivimos en este planeta corriente que da vueltas alrededor de una estrella mediocre. Ha habido épocas en que la persecución por la humanidad de un conocimiento racional del mundo progresaba con rapidez, las conquistas abundaban y los científicos rebosaban optimismo. En otras épocas reinaba la mayor de las confusiones. Con frecuencia los periodos más confusos, las épocas de crisis intelectual e incapacidad total de comprender, fueron los precursores de las conquistas iluminadoras que vendrían. En las últimas décadas, no muchas, hemos pasado en la física de partículas por un periodo de tensión intelectual tan curiosa que la parábola de la torre de Babel parece venirle a cuento. Los físicos de partículas han hecho la disección de las partes y procesos del universo con sus aceleradores gigantescos. En los últimos tiempos han contribuido a la persecución los astrónomos y los astrofísicos, que, hablando figuradamente, miran por sus telescopios gigantescos para rastrear los cielos y hallar las chispas y cenizas residuales de una explosión catastrófica que, están convencidos, ocurrió hace quincemil millones de años y a la que llaman big bang. Aquéllos y éstos han estado progresando hacia un modelo simple, coherente, omnicomprensivo que lo explique todo: la estructura de la materia y la energía, el comportamiento de las fuerzas en entornos que lo mismo corresponden a los primeros momentos del universo niño, con su temperatura y densidad exorbitantes, que al mundo hasta cierto punto frío y vacío en que vivimos hoy. Nos iban saliendo las cosas muy bien, quizá demasiado bien, cuando nos topamos con una rareza, una fuerza que parecía adversa actuando en el universo. Algo que parece brotar del espacio que todo lo llena y donde nuestros planetas, estrellas y galaxias están inmersos. Algo que todavía no podemos detectar y que, cabría decir, ha sido plantado ahí para ponernos a prueba y confundirnos. ¿Nos estamos acercando demasiado? ¿Hay un Gran Mago de Oz nervioso que deprisa y corriendo va cambiando el registro arqueológico? La cuestión es si los físicos quedarán confundidos por este rompecabezas o si, al contrario que los infelices babilonios, construirán la torre y, como decía Einstein, «conocerán el pensamiento de Dios». 
Era la tierra toda de muchas lenguas y de muchas palabras. En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra de Waxahachie y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros: «vamos a construir un Colisionador Gigante, cuyas colisiones lleguen hasta el principio del tiempo». Y se sirvieron de los imanes superconductores para curvar, y los protones les sirvieron para machacar. Bajó Yavé a ver el acelerador que estaban haciendo los hijos de los hombres, y se dijo: «He aquí un pueblo que está sacando de la confusión lo que yo confundí». Y el Señor suspiró y dijo: «Bajemos, pues, y démosles la Partícula Divina, de modo que puedan ver cuán bello es el universo que he hecho». EL NOVÍSIMO TESTAMENTO, 11:1
Y esta es la auténtica razón a la que debe su apodo el Bosón de Higgs que nos servirá para validar en mayor o menor medida el llamado Modelo Estándar... no es que la de la "Goddamn Particle" no fuera razón valida pero esta digamos que tiene más peso y significado. Y bueno, para terminar otra recomendación de otro libro de otro figura relacionado en mayor o menor medida con La Partícula Divina que me regaló mi madre y que también guardo en la librería junto al que acabo de comentar: El Quark y el Jaguar de Murray Gell-Mann


El Quark y el Jaguar.  Foto Miguel de Rusadas.com       
Otro que tal baila, libro ameno y divertido escrito por maquinón galardonado con el Premio Nobel de Física por sus descubrimientos sobre partículas elementales y descubridor de los Quarks, a los que bautizó con ese nombre tras leer un libro de James Joyce. En ese libro se cuentan anécdotas muy divertidas como la del ejercicio de unir 9 puntos con el menor número de lineas posibles que se soluciona pensando "out of the box" y sacando las lineas fuera de los límites que nuestra mente nos impone en el ejercicio:


Foto de mi libro. Foto Miguel de Rusadas.com
Y la respuesta mas "out of the box" todavía que le envio una niña de 10 años llamada Becky Buechel aportando una solución más radical:


Una máquina la Becky esta.  Foto Miguel de Rusadas.com   
Además es que este libro lo guardo con especial cariño ya que cuenta con dedicatoria del autor que solo pude conseguir tras saltarme con mucho arte y lloros 18 controles de seguridad en el edificio de Telefónica de la Gran Vía madrileña para poder asistir a una conferencia privada que Murray Gell-Mann dio a solamente unos escogidos un día que pasó por Madrid.


En el 98... ¡que joven era!.  Foto Miguel de Rusadas.com      
Como veis la dedicatoria me la dedicó a mi, pero vamos, que si llego a saber que iba a terminar publicándolo en el blog ¡le pido que se lo dedique a Rusadas!














7 comentarios:

  1. Muy buena entrada y una buena explicación de donde sale el nombre de marras XD

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  2. Siempre saltandose los controles..... luego vienen los enchuldiguns ;)

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  3. Interesante explicación, pero huele a como lo de las partícula de los c.... no ha colado para título, voy a buscar otra que explique el título.

    Saludos

    P.D. Voy a ver si me pillo ambos libros.

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  4. que bonita entrada me gusto mucho

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  5. Bueno saber quien dio nombre a dicha Teoria, ya que acá en Chile todos dicen que era del señor Higgs,

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  6. Buenas Anónimo,

    la teoría es de Higgs, no así el apodo de la partícula que el vaticinó...

    un saludo desde el otro lado del mundo!

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  7. @Frankie: que nos conocemos, palabra util donde las haya

    @Udry: no seas díscolo! todo puede ser, no obstante que bonito sería si la explicación buena fuera esta!

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