Me escribió hace unos meses Sofia (¡gracias!), una lectora del blog residente en Moscú, contándome lo siguiente:
Hace dos días fui testigo desde mi casa, de la demolición de uno de los edificios de enfrente. Para hacerlo, no se molestaron en cortar la calle ni el paso de peatones y claro, por un simplísimo error de cálculo, la mitad del edificio se les desmoronó en las dos calles perpendiculares, por las que pasaban en ese momento unos poquitos coches.
Afortunadamente, aunque este particular solo lo he podido deducir ante la falta de ambulancias, no había milagrosamente nadie pasando por debajo del paso de peatones techado, porque buena parte de los escombros cayeron encima.
Entiendo que el vídeo de hoy no corresponde al edificio del que habla Sofía en su email pero debe de ser algo parecido por lo que me veo una vez más en la obligación, cumpliendo así con la labor social de este humilde blog, de aconsejar a los lectores de Rusadas que hasta nueva orden se abstengan de pasear por las inmediaciones de aquellos edificios de la Federación Rusa en los que se esté llevando a cabo una demolición controlada. No está el blog como para perder lectores...
En Oviedo he sido testigo de algo mucho peor, no hace falta irse a Rusia para ver a grandes profesionales de la demolición :) Calle General Elorza, 23, hará 7-8 años, por si alguien más se anima a dar su propio testimonio jeje
ResponderEliminarEra un edificio de unas 4 ó 5 plantas, que delimitaba con una de las principales arterias de la ciudad en un lateral. La dejaron abierta al tráfico, y comenzaron la demolición por el lateral, que daba a un parque. Todo bien hasta ahí. Sólo que el "genio" de la excavadora se dedicaba a "comerse" el lateral de los últimos 2 ó 3 pisos, poco a poco, sin tocar el tejado. Llegado un momento, el tejado (de madera y tejas, bastante antiguo) simplemente se desmoronó sobre el resto del edificio. Como el primer piso estaba mayormente intacto todavía, el impacto de toda la techumbre cayendo desde unos 10 metros hundió su propio techo y provocó una subida de presión que reventó todos los cristales, persianas y elementos frágiles de la fachada, que a su vez procedieron a llover sobre el tráfico de la carretera y llegaron hasta la acera de enfrente, por donde pasaba gente (aunque creo que no hubo heridos). Por suerte la fachada en sí aguantó y no se produjo una desgracia, aunque fue más bien de chiripa, vista la cantidad de escombros que se agolpaban contra los restos de las ventanas, y la violencia del derrumbe.
Efectivamente, en España también ocurren cosas... Poco, más bien nada, podemos enseñar a los rusos. No somos ningún ejemplo, aunque nos lo creamos.
ResponderEliminarNo lo flipemos.
EliminarEstoy viviendo en Siberia y tiraron un edificio bastante grande hace unos meses y la cortina de humo convirtió a todo el mundo en un muñeco color blanco. Las partes salieron disparadas por todos lados y el operario casi la palma.
Una cosa es que haya cazurros en españa y otra el que siempre lo hagan así, como que SIEMPRE abran el suelo y no lo marquen, dejando un agujero de 20 metros que no se ve por la nieve.
Yo he visto en Cheboksary asfaltar una carretera sin cortar la circulación. Los coches tenían que evitar las máquinas y pasaban sobre el asfalto aún caliente. Es una paradoja. Los rusos son capaces de ser los más brillantes y a la vez los más mediocres.
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