A quién no le ha dicho eso su madre cuando estaba en la ducha de pequeñito, pues bien, parece que esa misma frase se la debió de decir alguien al capitán de este submarino Victor III durante la celebración del Día de la Marina en Severomorsk en la que se la mojó a base de bien para después volver a sacarla gracias al soplo de emergencia del que ya hablamos AQUÍ.
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