Cara de circunstancias. Fuente Youtube |
Cuando Leonid consiguió su título de veterinario ya medía 2 metros de altura. Por entonces se desplazaba en autobús o bicicleta al trabajo, no obstante su glándula pituitaria no paraba de segregar. Pronto bici y autobús se le quedaron pequeños y junto a este hecho empezaron a aparecer los clásicos problemas de salud que aquejan a esta clase de gigantes: que si dolores en las rodillas, que si una rotura de tobillo... en 2006 creció de acuerdo al diario Pravda 2 centímetros y la cosa no tiene visos de ir a menos.
Fuente Youtube |
Según cuenta el propio Leonid en el vídeo superior la vida como gigante de 2,57 y 200 kilogramos de peso no debe de ser para nada sencilla. Todo en el mundo en el que vivimos está diseñado para gente que mide entre 1,50 y 2 metros. Desde la altura de las encimeras de las cocinas hasta las sillas, coches, ropa, teléfonos o bolígrafos. Y no solo las cosas que manufacturamos, también la madre naturaleza da la espalda en cierta manera a estos seres excepcionales. Una naranja en la mano de Leonid debe de ser una mandarina. Imaginaos la de mandarinas que debe de comer Leonid para sentirse igual de satisfecho que cuando vosotros os coméis 3. Con objeto de paliar su desgracia hace uno años el por entonces presidente ucraniano Viktor Yushenko le regaló un vehículo familiar en el que pudiera entrar como podéis ver en el siguiente vídeo:
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