Salven a ese gatito

Todos aquellos que tenemos una caja tonta en el salón y tenemos el mal hábito de encenderla de vez en cuando estamos habituados a escuchar con cierta recurrencia la no-noticia (el vídeo que abre la entrada de hoy es un buen ejemplo) que narra como agerridos miembros del Departamento de Bomberos del Condado de DiosSabeDonde se desvivieron y no ahorraron en medios materiales para rescatar al gatito descuidado y tontorrón que dio con su cuerpecito en la ramita más alta del árbol del barrio. Joder con el puto gatito. Normalmente es una entrañable y cariñosa ancianita que gusta de comprar galletitas caseras de manteca de cacahuete a los jóvenes boy-scouts del barrio la que alerta a los bomberos pero esta es una circunstancia en la que no me quiero meter a fondo para no terminar de liarla. Centrémonos en el gatito.



Que la vida en Rusia debe de ser dura ya nos lo imaginamos los que paramos habitualmente por aquí. Pero si es dura para los seres humanos imagina como será de dura para ese pequeño gatito ruso que solo Dios sabe por qué razón decide subirse a lo alto de un arbolito en pleno invierno... nuestra occidentalizada y perversa mente tenderá a pensar que en la Federación Rusa cuando un inocente minino decide subirse a un árbol del que no puede bajar es abandonado a su suerte y que su siguiente paso natural será el de subir un peldañíto más y llegar al cielo de los gatitos y ahí reencontrarse con otros muchos gatitos que nunca fueron rescatados y que maldicen su mala estrella por no haber nacido en el vecindario de la abuelita del Condado de DiosSabeDonde... publicidad imperialista sin duda alguna que tergiversa la realidad porque ya te digo yo que eso que estás pensando no solo es rigurosamente falso sino que además es mentira. En Rusia también hay hermosas y amigables babushkas con ushankas peludas en la cabeza que miran a lo alto de las copas de los árboles en busca de su pequeño kosska ¿O que te creías? ¿que los rusos son robots? Si, querido lector, estas noticias también se dan en los países que compusieron el antiguo bloque soviético y aquí estoy yo para informarte de ello y hacer que ese bloque de hielo que habita en tu corazón se vaya derritiendo al calor de amigables noticias llegadas del Este (o del Oeste, según donde vivas respecto a Rusia). El vídeo de hoy me lo envía Fran (¡gracias!) y es uno de esos vídeos que te abre el corazón, un vídeo de esos que te hace creer de nuevo en el ser humano y te hace replantearte esa visión sesgada sobre los rusos que te habías hecho a lo largo de estos años. Como podrás ver dentro de un momento en Rusia la tarea de rescatar gatitos no se le encomienda al cuerpo de bomberos, ¡no¡ En el que debe de ser posiblemente el país más supersticioso del mundo el gato es un símbolo de buena fortuna y buena fe de ello da ESTA noticia publicada el pasado Agosto en la que la BBC nos contaba como uno de los bancos más importantes de Rusia daba un gato a cada nuevo firmante de una hipoteca (¡¡¡pongame dos hipotecas!!!) para darle buena suerte por cometer semejante inconsciencia. Es por ello que si un desamparado gato acaba con su cuerpo en lo alto de un arbol no se llama a los bomberos, ¡no!, se llama al ejército. Los gatos son importantes y merecen la máxima atención. El vídeo de hoy está grabado en la ciudad de Nizhny Novgorod, una ciudad de más de un millón de habitantes situada en la zona europea de la Federación Rusa donde se han llegado a registrar temperaturas menores de 41,4 grados bajo cero en pleno mes de Diciembre. Os ruego que veáis el vídeo íntegro, empezando por la señora sospechosa de haberle dado un trago largo a la vieja botella de Stolichnaya que guarda bajo el aparador y que aparece al principio pegando gritos al gato medio descojonada (quizás consciente de la que se le viene encima al pobre gato) y acabando por el intento de electrocutación del minino de marras pasando, importante no saltarse esta parte, por el intento de botellazo y la rotura de ventanas vecinales a cargo de los miembros del ejército, algo que que ocurre ante la mirada atónita de la comunidad de propietarios. Una historia, que para no poneros nerviosos, os adelanto que tiene un final hermoso y feliz. Dentro vídeo:

Ahí lo tenéis corrieteando de nuevo alegre entre la esponjosa nieve rusa. Sin duda un gato feliz de haber nacido en Rusia.