domingo, 10 de mayo de 2015

Penitenziagite!



El vídeo de hoy podría pertenecer a una escena de esas películas surrealistas de humor absurdo y llevarnos a esbozar una sonrisa, el caso es que cuando uno descubre que la escena es real pues la verdad, que decir, ya no tiene gracia. Esa mujer que veis haciendo la penitencia se llama Ludmila Nikolaeva y la que graba el vídeo y habla es su hija Natalia. El caso es que Ludmila, la cual tiene 69 añazos y por lo que cuenta su hija serios problemas de sobrepeso, quizás debido a esto último, hará cosa de un mes que se rompió el tobillo mientras paseaba por la calle. Hasta ahí todo bien. Con motivo de la revisión Ludmila e hija acuden al centro de salud de su ciudad, Pervouralsk, y les invitan a que el doctor le eche un vistazo al tobillo. ¿Problema? pues que la consulta del doctor se encuentra en el siguiente piso, el ascensor está averiado y el personal del hospital se niega a ayudar a Ludmila. Dado que absolutamente nadie, incluyendo por supuesto los que se la cruzan en la escalera, se digna a prestar ayuda a Ludmila y dado que su hija se ve incapaz ya que la señora pesa demasiado la hija graba este vídeo de su madre subiendo las escaleras reptando para ver si algo se arregla. Y aquí es donde entra el poder de Internet: un asunto que hace unos años hubiera pasado inadvertido se vuelve viral, el foco se pone sobre el asunto, los medios se hacen eco y voilá: nuevo ascensor al canto e investigación sobre el incidente que se quedará en un cajón pero que decir, menos da una piedra. Así que tenemos un mensaje para Ludmila y su hija de parte de todos los futuros pacientes de Pervouralsk con lesiones en piernas o tobillos: Gracias. Tu esfuerzo no ha sido baldío. Sobre el sistema de salud ruso podría hacerme eco de varías anécdotas que me han contado pero dado que no son mis experiencias y dado que estas son negativas prefiero callármelas ya que tampoco es plan de mancillar tal vez de manera injusta el honor del colectivo sanitario ruso o del ministerio de turno. Lo que me parece digno de reflexión en este vídeo es la actitud de total indiferencia de la gente que se cruza con Ludmila, algo parecido a lo que ocurre cuando nos cruzamos un mendigo o alguien con problemas en la calle: simplemente no los vemos o peor aun, no los queremos ver. A veces resulta increíble el como nos hacemos los suecos ante determinadas situaciones la mayoría de las veces obligados por la presión social de no salirnos de la norma establecida (otras veces por temor a salir malparados) y un buen ejemplo son los vídeos AQUÍ publicados por Sthml Panda que se han vuelto virales en Suecia y que analizan la reacción de los transeúntes ante una escena de un hombre humillando a una mujer públicamente o viceversa o el de un blanco insultando a un negro en la calle o viceversa... los resultados dan bastante que pensar y
a que vienen a indicar que estamos programados para reaccionar únicamente ante determinados estímulos aceptados socialmente mientras que ante otros de la misma naturaleza pero de iguales características permanecemos impertérritos haciéndonos los suecos (y nunca mejor dicho). Pues bien, parece que Ludmila arrastrándose por las escaleras es uno de esos casos en los que al menos en Rusia no está bien visto romper la presión social que nos atenaza sin darnos cuenta.



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