viernes, 31 de mayo de 2013

Obsolescencia "desprogramada"

El aritmómetro de Charles Xavier. Foto de Ezrdr

Charles Xavier Thomas de Colmar fue un inventor francés nacido en París en 1785 recordado por ser el inventor de la primera calculadora comercial: el llamado aritmómetro. La máquina que Charles Xavier construyó y patentó en 1820 era capaz, de una manera fácil y rápida, de realizar operaciones de suma, resta, división y multiplicación de hasta 12 cifras. Este increíble avance hizo que el señor Thomas recibiera la condecoración de caballero de la Legión de Honor francesa en 1821 y permitió escribir su nombre en letras doradas en uno de los primeros peldaños de la historia de la computación. El siguiente gran salto evolutivo en la historia de la computación tardaría varios años en llegar, concretamente unos 55. En 1872 un inventor norteamericano llamado Frank Stephen Baldwin (inventor del anemómetro) inventaba la calculadora de ruedas de pines, una evolución del aritmómetro de Charles Xavier que permitía realizar las operaciones mucho más rápido que su antecesor. Lo que no sabía Baldwin es que mientras patentaba su invento en el otro extremo del mundo, concretamente en Rusia, un inmigrante sueco llamado Willgodt Theophil Odhner estaba a punto de patentar un invento muy parecido al suyo. Tanto Baldwin como Odhner son considerados los inventores de la calculadora de ruedas de pines moderna, no obstante el que se llevaría la gloria en forma de éxito de ventas sería el sueco Odhner.


Original Odhner. Foto Miguel
A Willgodt Theophil Odhner parece que esto de la técnica le debió de gustar desde pequeñito ya que estuvo estudiando en el KTH (Kungliga Tekniska högskolan, Real Instituto de Tecnología) entre 1864 y 1867. Antes de terminar decidió conocer mundo, en parte forzado por el desempleo que tenía Suecia, y con 23 años se mudó a San Petersburgo sin hablar una sola palabra de ruso. Tras pasar por diversos empleos acabó trabajando para el hermano de Alfred Nobel, Ludvig Nobel, en una factoría que fabricaba cañones, balas, etc. Según parece fue durante ese periodo cuando algún ejemplar de la máquina de Thomas de Colmar debió de pasar por sus manos. Se comenta que tuvo que enfrentarse a la reparación de una y que su análisis le llevó a pensar en mejorar el diseño ya existente, una mejora que patentó en 1878 en la Oficina de Patentes de los Estados Unidos. Según parece Nobel le dejó un espacio de su taller para trabajar y viendo la oportunidad de negocio ofreció presupuesto a Odhner para mejorar su producto, no obstante con el tiempo a Nobel parece que el tema no le terminó de convencer y decidió abandonar el proyecto dejando a Odhner desempleado, sin sponsor y con la única compañía de su artilugio matemático.
 
Mi Original Odhner de 1950. Foto Miguel
Corría el año 1886 en San Petersburgo y Odhner fundaba W.T. Odhner, Maschinenfabrik & Metallgiesserei con objeto de tirarse a la piscina con su invento. El producto fue un éxito y comenzó a venderse por toda Europa a un ritmo frenético. En 1891 la empresa se rebautiza bajo el nombre de Odhner-Gill (фабрика Однера-Гиля) en la misma ciudad. Por cierto, Ludvig Nobel fue el miembro de su familia que más dinero amasó, lo que le convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo, así que la decisión de abandonar el proyecto de Odhner tenía una buena base y en todo caso, aunque equivocada, parece que no tuvo el menor impacto en su plan para hacerse rico... El caso de la calculadora de Odhner es un tema en si mismo cuando se trata de identificar el país al que hay que hacer merecedor del merito de su desarrollo. Los rusos normalmente dicen que es un invento suyo ya que aunque lo desarrolló un sueco en realidad lo hizo en Rusia, país donde además fundó su empresa. Vamos, una explicación al estilo inmigrante que vino al país de las oportunidades y triunfó. Por su parte los suecos replican que Odhner era sueco y no hay más preguntas señoría
 
Made in Gothemburg. Foto Miguel
Odhner murió en 1905 y sus hijos tomaron las riendas de la compañía produciendo un total de 23.000 calculadoras hasta 1917. Ese año la empresa de calculadoras Odhner fue nacionalizada al amparo de la Revolución Rusa por lo que los herederos de Odhner emigraron a Suecia donde fundaron en Gotemburgo la compañía Aktiebolaget Original-Odhner. La empresa siguió operando unos años hasta que fue comprada en 1942 por la corporación industrial Facit AB. En 1973 Facit AB era comprada por Electrolux y en 1983 Electrolux la vendía a Ericsson la cual terminaba por dividirla, vender lo poco que quedaba de ella y disolverla en 1998.
 
Original Odhner. Foto Miguel
Pues bien, poco después de abandonar Odhner Rusia, concretamente en 1924, el revolucionario comunista polaco Félix Dzerzhinski famoso por ser el fundador de la infame policía secreta bolchevique (la Checa) decide comenzar la fabricación de las nacionalizados diseños de las máquinas de Odhner bajo el nombre de Félix, las conocidas como "férreas Félix" en alusión al apodo de Dzerzhinski. Su fabricación con el tiempo se trasladaría a numerosos lugares de Rusia, más concretamente a la zona de Kursk, donde se siguió fabricando hasta el inicio de los años 80.
 
Una Felix y al fondo fondo una Odhner en el museo de la Baumanka de Moscú. Foto cortesía de Visigoda
Las Félix se distinguen de las Odhner en varios aspectos. Mientras las ruedas de las Odhner son de acero las Félix usan ruedas de zinc y latón, un material que hace la máquina más ligera pero menos fiable ya que las ruedas con el tiempo son susceptibles de ganar holgura. Las calculadoras de ruedas de pines la verdad es que son artilugios fascinantes y en cierta manera parecen mágicos, si tenéis una a mano os recomiendo que juguéis con ellas porque parecen sacadas de otro mundo. Salvando las distancias se dan un aire a las celebres máquinas Enigma alemanas de la Segunda Guerra Mundial. Cuando coges una te das cuenta que son de esa clase de aparatos que se hicieron para no ser sustituidos jamás y que podrás dejar en herencia a tus nietos aun funcionando tal y como el primer día... obsolescencia desprogramada lo llamaría yo. Máquinas pertenecientes a un mundo ya desconocido en el que cuando alguien fabricaba algo lo hacía con la idea de construir un producto de calidad que te pudiera durar toda la vida. Al fin y al cabo las matemáticas no iban a cambiar mucho. Una auténtica pieza de hardware sólido de una simplicidad increíble exterior que esconde una más increíble aun maraña de pines y ruedas metálicas en su interior. No es difícil imaginar la revolución que supuso la aparición de esta clase de aparatos a principios del 1900. Un auténtico vuelco en el mundo de la economía y de las matemáticas y un pequeño paso más hacia los quad core. Por cierto, que son tan solidas que lo mismo te sirven para calcular una multiplicación compleja que para partir nueces... la mía en concreto pesa unos 7 kilates del bellón.
  
Desnudando a la bestia. Foto Miguel
 Foto Miguel
El principio según el cual funcionan estos dinosaurios de la computación podéis verlo (y si os concentráis lo suficiente comprenderlo) en el siguiente vídeo, como veréis estos cacharros esconden bastante ingeniería:



si fuera más simple que el mecanismo de un chupete lo habrían inventado antes ¿no os parece? y aquí la podéis ver en funcionamiento:



Los millones de copias legales e ilegales de las máquinas Odhner la convirtieron en la calculadora mecánica de más éxito de la historia. Las Odhner se vendieron en medio mundo bajo todo tipo de nombres: en Alemania se vendieron bajo la marca Thales, Triumphator, Walther y Brunsviga. En Inglaterra bajo las marcas Britannic y Muldivo. En Suecia bajo las marcas Multo y la ya mencionada Original Odhner. En Rusia como la "Férrea Félix" y en Japón como la Tiger y la BusicomParadójicamente fue precisamente Busicom la que acabó con las celebres Odhner. En 1969 Busicom encargaba a una compañía californiana de nueva creación llamada Intel que parecía estar pisando fuerte el diseño de un circuito integrado para incorporar a una nueva y revolucionaria línea de calculadoras electrónicas. De este encargo nacía el Intel 4004, primer microprocesador en ser comercializado de la historia y sobre el que inicialmente Busicom tenía todos los derechos. Y de ahí línea recta hasta el Iphone y el Curiosity.

La asesina de Odhner's... Foto Miguel
Las calculadoras mecánicas de pines son fáciles de encontrar tanto en mercadillos como en Internet. Mi Odhner es de 1950 y se puede encontrar en Ebay en el entorno de los 100 euros, si ya se busca algo más especial o antiguo pues como es lógico el precio va aumentando. Por cierto, también tengo una calculadora de ruedas de pines Facit, concretamente una Facit CM2-16, la cual me encargué de maltratar durante mi infancia a base de jugar con ella por lo que no goza del mejor estado de forma aunque, ya que están hechas para durar, aun aguanta como una campeona. Lástima no tenerla a mano para hacerla una foto...


1 comentario:

  1. Que gracia, por un momento me he rallado y pensada que me había colado en en blog de Tecnología Obsoleta.
    No se como te las apañas pero al final todo tiene relación con Rusia, no si al final el gazpacho es frío porque algún Ruso no pudo encender fuego un dia, jojojo.
    Saludos.

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