miércoles, 8 de abril de 2015

El cubo que vino del frío

Mi primer cubo en estado lamentable
Corría el año 1980 cuando en mi casa se decide que ese año vamos a pasar el verano recorriendo Europa central. Eramos cinco en casa y nuestra tienda de campaña del tipo canadiense ocupaba más de la mitad del maletero, algo que parece no amedrentar a mis padres que deciden que ese año iríamos a algún camping de Alemania, Suiza o Austria con nuestro coche, nuestra tienda, nuestro hornillo, nuestro lumogas y sin más capacidad de comunicarse que el poco alemán que mi padre sabía tras tirarse unos años haciendo las alemanias ... una lección de la historia que intento recordar para superar el agobio que me entra cuando pienso en planificar un viaje con mi propia familia (la cual es más pequeña que la de mis padres) en la furgoneta (la cual es notablemente más grande que el coche de mis padres) en la Europa sin fronteras y de la moneda única del siglo XXI y sabiendo muchos más idiomas que ellos. El caso es que ese año creo recordar que el viaje nos hace parar en la ciudad alemana de Colonia donde mientras paseamos por la ciudad nos da por entrar en una juguetería. 



Made in Hungary
Un año antes de nuestro paso por aquella juguetería de Colonia un empresario húngaro llamado Tibor Laczi había acudido a la Feria Internacional del Juguete de Nuremberg (la más importante del mundo en el área del juguete cuya visita me permito recomendaros ya que es sencillamente lo más espectacular que vais a ver en este sector) a presentar un rompecabezas diseñado por un paisano suyo arquitecto y diseñador llamado Ernő Rubik al otro lado del Telón de Acero. El mencionado rompecabezas tenía forma de cubo (de ahí su nombre: el cubo de Rubik) y ese año causó un gran revuelo en la Spielwarenmesse tras la cual comenzó a venderse como rosquillas fuera de Hungría y comenzó a expandirse por el mundo como una pandemia para gloria de su creador que se convertiría en el primer millonario del bloque comunista... 


Corrían los años 80...
Nosotros, una familia de españoles de 1980, el cubo de Rubik no lo habíamos visto jamás no obstante venía anunciado en la mencionada juguetería como "Juguete del año 1980" y bueno, tras ser manoseado el comité de gastos familiares aprobó una partida de varios deutsche mark destinada a hacerse con un ejemplar del misterioso mecanismo ya que debe ser que alguien del politburo familiar consideró que merecía la pena comprarlo para mantener entretenido al personal.


Copias everywhere
El juguete destilaba comunismo por los cuatro costados (o mejor dicho las seis caras): cúbico, espartano, sencillo y complejo a la vez, colorido pero no colorido con gamas de colores llamativos, que va, los colores primarios y alguno de los secundarios, nada ostentosos y sin embargo decorativo. 


¿números? ¿pa qué?
Recuerdo que por entonces cuando el cubo pasaba por mis manos me limitaba a girarlo sin ton ni son y he de reconocer que no llegó a cautivar mi atención. Por suerte para mi la bolsa de la juguetería de Colonia no llevaba solo el famoso cubo de Rubik sino que también llevaba un ejemplar de otro juguete que venía avalado por el mismo inventor de rompecabezas y que por entonces también estaba cortando el bacalao junto con su hermanito cúbico en el mundo del juguete europeo, estoy hablando de la serpiente de Rubik, la cual aun se encuentra a la venta por ahí y que de no haber vivido a la sombra del dichoso cubo pienso que hubiera sido bastante más famosa de lo que es.


Una copia más fiel... aun copia
Recuerdo como la serpiente de Rubik (la nuestra era verde y azul), aunque igual de comunista en su aspecto exterior (sobretodo cuando se la plegaba en forma de bola brutalista) por sus sencillos colores y sus formas cuadradas, me resultó desde el primer momento bastante más friendly. Sus 24 prismas triangulares podían combinarse hasta construir una bonita pistola con la que atormentar al personal y quieras que no, eso, para un niño de cinco años era siempre bastante más entretenido que un cubo que solo servía para girar sus caras haciendo que los caóticos patrones de colores se volvieran aun más caóticos.


La piedra Rosetta
Ese mismo año el cubo debió de llegar a España y con su llegada mis padres aprovecharon para comprar un ejemplar de un libro titulado "El cubo mágico de Rubik" escrito por un tal André Warusfel el cual contenía precisas instrucciones en forma de "operadores" para resolver el cubo que ayudó a que al menos mi hermano pudiera completar el dichoso rompecabezas.


Caos es mi nombre
Para mi el cubo representaba un gran objeto de frustración más que nada porque en cuanto estaba resuelto, si por algún azar del destino el cubo caía en mis manos y me daba por meter un par de giros el caos empezaba a apoderarse de él y era completamente incapaz de volver a dejarlo en su posición original. Era superior a mí. En cambio la serpiente de Rubik... esa era fácil, se usaba como pistola y a la hora de guardarla un par de giros a derecha e izquierda y ya tenía la bola brutalista lista para meterse de nuevo en su cajita de plástico. Obviamente el cubo no podía resolverlo y el libro no lo había abierto jamás por lo que para resolverlo, en vez de desmontarlo, un día decidí despegar todas las pegatinas y volver a pegarlas dejando el cubo como en sus mejores momentos... ¿quien no lo pensó antes?


No hay vuelta atrás
El cubo jamás volvió a ser el mismo después de ese día... las pegatinas no pegaron bien y al girar las caras estas se despegaban... todo un desastre del que jamás se recuperó (ver primera imagen).


T1000
Con el tiempo el viral cúbico fue menguando en la sociedad y el cubo de Rubik desapareció de la escena pública, o al menos es así como lo recuerdo yo. Pasaron los años y allá por el noventaymuchos escuché oír hablar de el de nuevo, recuerdo que fue un día en la Universidad. Alguien repartía publicidad del cubo con los operadores para resolverlo y con un pañuelito muy mono del cubo, me llamó la atención la verdad ya que lo interpreté como un intento de dar una segunda juventud a algo cuyo momento cumbre había pasado hacía al menos diez años.


El pañuelito que aun conservo
Note que el equipo de merchandising había cambiado el logo y de alguna manera entendí que a alguien se le había metido en la cabeza popularizarlo de nuevo. El trabajo fue muy bueno porque a día de hoy he de reconocer que el universo cúbico de Rubik goza de una excelente salud. 


Viejo Logo
Toda una subcultura se ha creado alrededor de ellos como películas, competiciones de humanos y de robots, con los ojos abiertos o a ciegas, con edificios, etc etc


Nuevo Logo
Mis sobrinos tienen cubos de todos los tipos, tamaños y colores, incluyendo ejemplares de "competición" diseñados para girar especialmente rápido... que decir, si a mis sobrinos en la época de los smartphones y las Apps les parece "cool" es que debe de seguir de moda.


Easy....
Yo por mi parte tengo algunos ejemplares perdidos por casa, incluyendo el original que compramos en Colonia en 1980, y también tengo el libro (el cual desaparece algunos años y vuelve a aparecer en una caja por ahí) por si me pica la curiosidad y me apetece recordar los "operadores" para resolver el tercer nivel que es el que se me suele olvidar.


Fail...
Curiosamente la caja del cubo original de 1980 indica "über 43 Billionen Kombinationen aber nur 1 Lösung" (más de 43 billones de combinaciones y solamente una solución) lo cual es 43 x 1012 cuando la cifra real de combinaciones es de 43 x 1018, esto es, 43 trillones de combinaciones... pero bueno ¿quien no se ha dejado por el camino alguna vez seis ceritos de menos al hacer un cálculo?



6 comentarios:

  1. Las entradas que siempre me han gustado más son las referentes a la aviación pero no sabría bien por qué esta me ha encandilado. Será por esa mezcla de vivencia personal y trasfondo histórico, porque no sabía que había tanta historia detrás del cubito de colores o qué sé yo, pero lo dicho... ¡esta ya es una de mis favoritas!

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  2. Don Miguel,no sabes como te comprendo. El cubo siempre me ha parecido un invento diabólico,y mira que tiene su legión de fans.
    La serpiente,por su parte siempre me fue más simpática,y eso que aun no he aprendido a hacer la bola. La mia es una copia (creo) blanca y verde,era de mi tío y de vez en cuando me la encuentro por ahí y le doy un par de meneos. Cosas raras que tiene uno
    Un saludo!

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  3. jajajajaja. Qué buena entrada!!!!, coincido con Fernando en que las que mas disfruto son las de aviones ( tambien ingenios espaciales, helicópteros.....en realidad, cualquier objeto volador), pero esta es muy buena.

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  4. Yo el dichoso cubo , lo cuadraba , en vez de despegar las pegatinas , desarmandolo y volviendolo a unir ...................... solo tienes que quitar una pegatina por cara ( la del centro ) y aflojar los tornillos .................. en mi casa flipaban , con la proeza , ya que lo hacia a escondidas....

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  5. Todavia circulan por casa, incluso alguna serpiente hubo tambien, pero nunca pase de completar dos caras, que soy muy zoquete ondia!, pero dejadme contar que tengo un primo muy lejano, que de niños lo resolvia en unos minutos, todas las caras, sin manual ni nada, era un fiera para estas cosas y para las mates tambien.

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  6. Muy buena entrada una vez mas lo has conseguido, dichoso el kubito yo tengo uno desde hace años y aún no he conseguido resolverlo.Pero en base ha esta entrada y a su inventor algun día lo haré. Todo es cuestión de ponerse.
    Pd:muy buenas las cabeceras del blog,frases de sentido las de estos Ruskis.
    Saludos

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