viernes, 6 de mayo de 2016

El grasshoper ruso

Booster a la papilla. Foto vía Trinixy
Si hace unos años te cuentan que un tipo se iba a levantar por la mañana, iba a montar tres empresas y en unos años iba a poner en serios apuros (hasta el punto de ponerlas al borde del precipicio) a gigantes de la banca, de la industria aeroespacial o del sector del automóvil pues hubieras pensado (con razón) que el que te lo cuenta estaba loco. El caso es que ese tipo se llama Elon Munsk y de su cabecita loca han salido productos tales como Paypal, Tesla Motors o Space X, empresa esta última que entre otros productos estrella luce en su portfolio con un producto denominado Falcon 9 conocido en sus inicios como "saltamontes" o (Grasshoper). Hace poco veíamos al Falcon 9 volver del más allá y posarse en el más acá como una mariposa sobre una barcaza autónoma. Queridos hermanos, esto que acabamos de escuchar no solamente es verídico, sino que además es cierto. En fin, cambiando de tercio. Esta semana pasada nos enterábamos gracias a ESTA entrada del gran maestro cosmonaútico de la inauguración del cosmódromo de Vostochni construido en una antigua base de ICBMs cercana a la frontera con China (ANTES y DESPUÉS). A su puesta de largo lanzando un cohete Soyuz-2.1A/Volga asistió (para nuestra suerte) la gran Marina Litseva la cual nos regaló con su ojo que todo lo ve ESTA y ESTA galería. La zona de caída de la primera y segunda etapas del cohete estaba prevista en el Oblast de Amur y en la República de Sajá (una región seis veces más grande que España... con la mayor división territorial o entidad subnacional del mundo en cuanto a superficie hemos topado). Pues bien, el otro día las encontraron tal y como podéis ver AQUÍ en no tan mal estado como cabría esperar y según notificó Roskosmos el medio ambiente no se vio afectado por tal regalo caído del cielo lo cual entiendo que en cristiano paladino quiere decir que "no hubo fugas de combustible" ya que tiendo a pensar que si un Tigre siberiano hubiera tenido la desgracia de pasar por ahí en el preciso instante en que las etapas besaban la lona por muy ecological friedly que sea la Soyuz habría quedado inexorablemente fileteado. El caso es que viendo tal siniestro metálico y pensando en el esfuerzo que cuesta desarrollar, construir, ensamblar y lanzar un cohete como el Soyuz para después ver como se quema o en el mejor de los casos se convierte en un amasijo de metal dispuesto a aniquilar tigres siberianos me puse a pensar y pensé... ¡diantres! y pensé,..., ¡a ver si el Elon Munsk este tenía razón!


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