viernes, 2 de marzo de 2012

Viaje por Alemania: Mi semana en Berlin

Reichstag. Foto Miguel de Rusadas.com
Hoy es mi último día en Berlín, pongo rumbo a casa y dejo la capital de Alemania tras una semana de estancia aquí. Durante esta semana he visitado de todo, bueno, de todo menos lo que normalmente todo el mundo visita ya que por ejemplo me voy sin haber visto el famoso Altar de Pergamo o el más famoso aun Busto de Nefertiti... el cual por cierto tengo bastante visto. El viaje ha sido algo más "especialito" que turístico y en lugar de la Isla de los museos  he visitado, sospecho, la clase de museos o lugares que visitaríamos muchos de los que paramos por aquí.


 Foto Miguel de Rusadas.com
Me voy de aquí (creo que) habiendo aprendido mucho de esta ciudad y de los grandísimos sufrimientos por los que han pasado los berlineses en el pasado siglo XX. Berlín es realmente un caso único en lo que a extremos se refiere, la población ha tenido que aguantar a los nazis, una dictadura estalinista, el bloqueo de la ciudad, la Stasi y su ejercito de informadores, la lijadora soviética durante la toma de la ciudad a mano del ejército rojo, las venganzas post-bélicas a manos de los rusos, el muro, y más cosas que me dejo en el tintero. 


 Foto Miguel de Rusadas.com
Y encima para colmo, por si no hubiera pasado suficiente aquí, recientemente los rusos anunciaron que se sus misiles Iskader desplegados en el enclave de Kaliningrado se encuentran más cerca de Berlín que de Moscú con lo que ello significa.


 Foto Miguel de Rusadas.com
Cuesta trabajo pensar en un lugar donde se hayan producido más fenómenos de naturaleza violenta y circunstancias tan singulares que la capital de Alemania. ¿Y como es el Berlín que me he encontrado? bueno, pues la verdad es que es un lugar bastante singular, contrasta bastante con el estilo moderno de Frankfurt y me ha parecido un contrapeso cultural bastante importante al clasicismo de Munich.


 Foto Miguel de Rusadas.com
La visión de "Vierkantkopf" (Cabezas-cuadradas) que tenemos algunos de los alemanes se desvanece rápidamente cuando uno pone el pie en la capital alemana.  Para empezar me da la impresión de que la mitad de la ciudad se encuentra vacía, por ello tras haber pasado un tiempo en ella no me resulta para nada extraño el encontrarme en los portales inmobiliarios alemanes con pisos en Berlín de 150 metros cuadrados por menos de 100.000 euros, precio por el que en Madrid no comprabas ni la puerta de la casa hace no tanto.


 Foto Miguel de Rusadas.com
Si uno se queda en la parte Oeste o en el Mitte (centro) pues nada, todo parece normal, pero si a uno le da por pasear por la parte Este de la ciudad descubrirá que la sensación a veces es bastante similar a la que podría tener paseando por un suburbio de Moscú. Calles llenas de agujeros, casas que se caen a cachos, pintadas por todas partes, parques descuidados, coches subidos en la acera o aparcados en los parques... vamos, cosas que ni por asomo te encontrarías en otras partes de Alemania aquí ocurren con la naturalidad que va asociada a la cotidianidad.


 Foto Miguel de Rusadas.com
Yo personalmente si tuviera que dar consejos a la hora de pasar por Berlín daría los siguientes:
  • Tener coche. Si, ya se, ahora el sector Greenpeace del blog se me tirará al cuello pero he de decir que venir en coche a Berlín ha sido de lejos la mejor idea que he tenido. Llegué aquí con un miedo terrible al tráfico y me he encontrado una ciudad en la que es bastante facil conducir y en la que apenas hay tráfico vayas donde vayas. He descubierto que en esta ciudad se aparca gratis en la mayoría de los sitios (exceptuando el centro) y que además es bastante fácil encontrar aparcamiento. Dado que la mayoría de las visitas que he hecho eran en barrios no muy céntricos el haber usado el coche me ha resultado de grandísima utilidad y me ha ahorrado horas en el transporte público. 
 Foto Miguel de Rusadas.com
  • Para terminar con el tema del coche he de decir que otra grandísima ventaja que le he encontrado es que circulando por la ciudad se descubren infinidad de sitios que de haberla cruzado en metro me hubiera perdido con toda seguridad. Por cierto, el GPS imprescindible que aunque no lo creáis Berlín es más grande que el centro de Bilbao.
 Foto Miguel de Rusadas.com
  • Buscar un hotel que NO este en el centro. El centro es un lugar un tanto aséptico y muy ligado a las rutas más turísticas. El no vivir en el centro os dará una visión más fiel sobre la realidad berlinesa, sus restaurantes de barrio, sus pequeños comercios, todas esas cositas que te pierdes en el centro pero que si vives en un suburbio pues ves día a día. Además los precios de la hostelería en general en cuanto sales del Mitte son mucho más bajos por lo que hay doble razón.
 Foto Miguel de Rusadas.com
  • Llevar el viaje preparado desde vuestra casa, aquí hay millones de sitios para ver y si vienes a tontas y a locas y tienes los días contados corres el riesgo de:
    • A) Perderte lo que de verdad te hubiera interesado visitar y enterarte cuando vuelvas a casa tras una conversación con un colega que te comente: "¿y no has visitado la cárcel de la Stasi? en Rusadas leí que era muy chula".
    • o B) Tirarte la mitad del viaje pensando que es lo que vas a ver perdiendo el tiempo de una manera estupida ya sea en la planificación o en viajes de ida y vuelta constantes, como he dicho Berlín es bastante grande por lo que está bien planear las rutas diarias para no perder el tiempo en trayectos.
Por supuesto este último punto aplica a todo lugar que quieras visitar pero dado que la oferta de Berlín es especialmente grande en esta ciudad estas cosas cobran particular importancia.


 Foto Miguel de Rusadas.com
A mi Berlín la verdad es que me ha resultado un caos con encanto. Un lugar donde las fábricas se reciclan en espacios culturales (o no) o donde los bloques de apartamentos soviéticos, al igual que en Rusia, conviven en una extraña armonía con los McDonalds. Un sitio donde los grafitis no son pintadas sino que pertenecen a la identidad cultural de la ciudad y donde la ropa de segundamano es el día a día porque la cartera no da para ir al H&M. 

 Foto Miguel de Rusadas.com
Visitas el museo dedicado a los horrores provocados por la Gestapo y cuando sales por la puerta te encuentras con el que esta dedicado a los provocados por la Stasi, cuando sales de este último te encuentras con el del muro que dividió familias enteras que se saludaban los domingos con pañuelos durante casi 30 años y cuando te estás recuperando te encuentras con el dedicado al bloqueo que sufrió la población de Berlín Oeste que tuvo que ser alimentada por puente aéreo durante casi un año... Reciclaje, abandonos, óxido, historia, represión, sufrimiento, división, comunismo, nazismo, bombardeos, bunkeres, espias... como muy bien dijo Visigoda en los comentarios a una entrada anterior: "En Berlín, lo que no es nuevo está roto, y lo que no está roto es comunista".

 Foto Miguel de Rusadas.com
Como he comentado esta ciudad, como la gran Germania que iba a ser, está dimensionada para muchos más habitantes de los que tiene por lo que los espacios son abiertos y muy oxigenados, el visitante no se siente aturdido y el paseo por sus calles es bastante placentero. El berlinés por su parte es un tipo bastante simpático con el que por norma general no cuesta trabajo entablar conversación aunque no sepas apenas Alemán como es mi caso. Ya sea con un bedel de museo o con un vendedor de tabaco las conversaciones surgen espontáneamente y suelen acabar con alguna risa o  con miradas del tipo: "este no se ha enterado de nada de lo que le he dicho". 

Foto Miguel de Rusadas.com
La multiculturalidad, otro de los sellos de identidad de esta ciudad, está presente en el día a día y forma parte de la ciudad en sí. Y con multiculturalidad no me refiero únicamente a culturas árabes, sudamericanas o africanas tal y como solemos asociar en España. En Berlín paseando por la calle escuchar italiano, ruso o polaco me ha resultado igual de común que escuchar alemán. 


Foto Miguel de Rusadas.com
Desde luego es un lugar en el que da la sensación que todo el mundo es aceptado sin ningún tipo de prejuicio y al que todos tenemos la posibilidad de emigrar llegado el momento, entre otras cosas porque parece que hay hueco para bastantes más. Parafraseando a Rick en su dialogo con Ilsa en Casablanca: "Siempre nos quedará Berlín", y más aun con pisos de 150 metros a menos de 100.000 euros.

Foto Miguel de Rusadas.com
Me voy, como he dicho, sin haber visitado en teoría los museos más importantes de la ciudad, lo cual en cierta manera ha sido una buena idea. Así ya tengo un motivo para volver. 




2 comentarios:

  1. Me alegro que lo hayas disfrutado. Ahora prepara a fondo todos los sitios que has visitado para poder ponernos los dientes largos y mucho mucho cuidado con la carretera.

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  2. La Isla de los Museos es una pasada, pero a mí me sobraron unos cuantos centenares de personas. Supongo que es como la Basílica de San Pedro del Vaticano, que no es lo mismo entrar cuando hay cuatro gatos (que es una auténtica pasada) a entrar cuando está a rebosar (que también es toda una experiencia, porque llega un momento en que parece que la gente sale de hasta debajo de las piedras).

    Yo estuve en un hotel del Lichtenberg, en Hohenschönhausen. Había huelga de transporte público y no llevábamos coche, así que teníamos que recurrir a los taxis: por alguna razón, la mitad de los taxistas se negaban a llevarnos del centro al hotel. De los que aceptaron, hubo uno que, ya en el barrio, empezó a discutir con unos skins que estaban en medio de la calle y por poco no acaban a puñetazos.
    Eso sí, conflictos a parte, la zona era encantadoramente caótica (tengo fotos de las vistas desde la ventana de la habitación, con esos edificios monstruosos y unas chimeneas enormes y humeantes al fondo).

    Esperamos tu relato. Lo mismo hasta te sale una pequeña guía de viajes: "Rusadas: Berlín para exploradores intrépidos" ;)

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